Casa Dani

Una reforma integral en tiempo récord: 30 días para ejecutar sin demora ni prórroga durante el mes de agosto. Casa Dani es un afamado local por sus tortillas de patata ubicado en el madrileño Mercado de la Paz, que necesitaba efectuar una renovación total de sus instalaciones. Para un negocio de hostelería tan concurrido lo lógico era acometer la obra en pleno verano coincidiendo con las vacaciones estivales, justo cuando la afluencia de público es menor

Un mes era el plazo del que disponíamos para llevar a buen término el proyecto. Un mes que se caracteriza por una disminución de la actividad en general y en la que el servicio de los proveedores, los plazos y la disponibilidad de materiales se dilatan y son tremendamente inciertos.

Un reto junto además debido a la estricta normativa a la hora de efectuar una reforma de tales características en un entorno (un mercado gourmet) en el que se venden y preparan alimentos. A lo que hay que añadir la necesidad de ser en lo posible, lo menos intrusivos y molestos con la actividad normal del centro y del resto de negocios.

El objetivo

La propiedad de Casa Dani deseaba dar una nueva imagen a su local, al tiempo que aumentar el número de mesas y prestar un mejor servicio gracias a una nueva distribución. La meta era favorecer la rotación del público, los turnos de comidas y por tanto, incrementar la facturación y rentabilidad del local. Todo ello sin comprometer la comodidad de los clientes teniendo en cuenta su gran popularidad y su nutrida afluencia.

La nueva distribución debía integrar las ampliaciones consecutivas del local a lo largo de los últimos años, cohesionado y unificado de manera práctica dichos espacios. En primera instancia se realizó una demolición integral de las instalaciones originales ampliando  el espacio de la barra. Se construyeron dos cocinas (antes solo había una), y se mantuvo la zona take away en el mismo lugar pero rehaciéndola también desde cero.

El buque insignia. la barra y sus tortillas

Todo el cerramiento de la parte frontal se hizo totalmente nuevo. La barra, emblema del negocio está conformada por una mezcla de madera y un mosaico cerámico de la firma Bestile (también utilizado para el suelo) ascendiendo de madera escalonada. Destacar que la madera de la barra es la misma que la de las puertas y presenta en ambos casos una disposición en listones inclinados a 45 grados, siguiendo así el mismo criterio estético. La encimera por su parte, es un material de Compac en color glaciar.

En la barra integramos dos ventanas de pase a cocina junto con una pizarra típica de Casa Dani, en la que se muestra la carta y donde degustar su  riquísima tortilla, es de obligado cumplimiento.

Los dos comedores

El cliente deseaba expresamente que una de las paredes fuese en ladrillo visto. Para simplificar el proceso constructivo y mantener a raya el presupuesto, utilizamos panel piedra a base de planchas de poliuretano consiguiendo el mismo efecto.

De cara a garantizar el máximo confort y satisfacción del flujo incesante de clientes, pusimos un mimo especial en la zona de comedor en ambos salones. En el salón pequeño destaca un banco tapizado en polipiel marrón con respaldo tipo Mustang fabricado totalmente a medida.

En el salón grande, pusimos mucho esmero en cuidar la iluminación integrándola con los pilares centenarios en hierro fundido del propio mercado. También optamos por instalar lámparas decorativas de distintas formas unidas a un cable enrollado sobre un tubo a techo, desde donde descuelgan.

En cuanto a la decoración del local se aprovecharon la antigua sillería y así como los pies de mesa con el objeto de abaratar costes y mantener a su vez, algo de la esencia de tasca castiza que ha hecho famosa a Casa Dani junto con sus fogones.

La ubicación de los espejos no es arbitraria. Se colgaron para conseguir mayor sensación de amplitud, que el camarero pueda comprobar el el estado de las comandas sin necesidad de tener que acercarse hasta las mesas y que la persona que está de espaldas, no se sienta fuera del restaurante.

Dejando trabajar a los profesionales

En cuanto a las partes privadas o no visibles al público, en la zona de las cocinas instalamos un suelo especial anti deslizamiento sin juntas, para facilitar su limpieza, cumplinedo además con todos los requisitos sanitarios marcados por la ley.

Se fabricaron varias puertas correderas para separar por exigencia normativa las zonas de las cocina con respecto al local. Éstas se hicieron con una madera desgastada tipo palet y hierro, poniendo el acento en el encuentro y remate entre materiales.

En un espacio milimétricamente aprovechado era importante ocultar de la vista las zonas que guardan los cubos de basura, las bombonas de butano, el almacén o las taquillas de los empleados para sus enseres.